Trascendencia del Arte para la Formación del Talento de la Niñez

Sentimiento y percepción en el arte: Una dilucidación conceptual

Quiero iniciar esta serie de ensayos reunidos bajo el título de “Trascendencia del Arte para la Formación del Talento de la Niñez” enfocando una dilucidación terminológica y al mismo tiempo dialéctica a la que hemos llegado después de realizar algunas exploraciones bibliográficas, a saber: la Unión sutil que existe en la comprensión del sentimiento y la percepción en el arte o, dicho de otra manera, la confusión de conceptos entre el sentimiento y el sentimentalismo en el arte. De las conclusiones tomadas sobre este tema deviene la respuesta que dará una clave del movimiento pedagógico a seguir en especial en el área de la educación artística para poder de esta manera rehacer y devolver al arte su dignidad y trascendencia en la misión educadora como parte fundamental del Saber.



Y es justamente esta cualidad del arte como parte integrante del saber (al lado de la ciencia, la filosofía y la didáctica) la que queremos señalar al inicio de este ensayo, cualidad que es capitalizada en la obra literaria del Ilustre sabio Francés Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière. En palabras de su discípulo predilecto el sabio humanista y compositor sinfónico Ph D David Ferriz Olivares cuando se refiere acerca de las actividades de su Maestre en la etapa del Retiro en Europa.

La página de oro de la unión de la Ciencia con el Arte que observamos en Niza, se complementa si hacemos algunos trazos de la Fiss en el gran edificio del Club l’Artistique y, sobre todo, si tomamos en cuenta las proyecciones que el Maestre dio a la FISS.
Fue de las actividades más trascendentes de su retiro arquetípico para la Nueva Era, indicando en su literatura que el arte forma parte del saber y no nada más como testimonio del sentimiento como lo fue primordialmente en la era pasada, sino de la percepción. 

La Fiss -Federación Internacional de Sociedades Científicas – es la fundación que creara el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière al inicio de su misión reeducadora y cultural en pro de un mundo unido por la sabiduría. El párrafo que precede está señalando que el Arte (en su verdadero sentido, se entiende) es un testimonio de la percepción y no del sentimiento (o mejor dicho, sentimentalismo). Esto se ve remarcado aún más con el siguiente extracto:.

En primer lugar el Sabio Maestre coloca al arte en el “saber”. Ello tiene un significado especial, porque el arte estuvo basado siempre en el campo del sentimiento, pero el Maestre aclara en los Propósitos Psicológicos, Volúmen I, P. 45, que el testimonio o referencia de lo sentido pertenece a una época concluída.

En efecto, a pesar de los grandes avances de los intelectuales y artistas como el filósofo Español Ortega y Gasset (en “La Deshumanización del Arte”) y Ernst Cassirer (en “Antropología Filosófica”) o Stravinsky, Picasso, Wilhelm Lembruck en el Arte; todavía se deja sentir una gran vertiente del arte contemporáneo con manifestaciones de retaguardia debido a su poca formación intelectual y profundización en el sentido verdadero del Arte.

Aun cuando todavía estamos recibiendo grandemente los efectos de la era pasada, su herencia social y conceptual, su herencia de valores y juicios preconcebidos, en una palabra, su herencia de 2000 años que no puede borrarse de un plumazo, dice el Maestre que la modalidad de lo sentido corresponde a una época liquidada y que ahora lo que hay es el poder del simbolismo.


Es importante decir que ciertas cosas no pueden expresarse por el lenguaje habitual, de ahí esta necesidad del símbolo y de un lenguaje “mental”, en cierto modo. De allí el nacimiento de las Artes que son los símbolos de la expresión, que son como las “claves” que el hombre ha encontrado para manifestar su esencia superior o aquello que ha captado en los planos superiores; 

Sin embargo, como dijimos anteriormente, la concepción sentimentalista e irracional del arte o también el arte como medio de distracción queda aún vigente en la mentalidad y en el quehacer de muchos artistas y educadores que ignoran y confunden el sentimiento con lo irracional- inconsciente o con las emociones y sentimentalismos vagos. A este respecto y como quiera que gran parte de estos pseudoartistas surgen y se erigen en representantes del pensamiento y corrientes artísticas norteamericanos no podemos sino recomendar con ahínco la lectura de la gran Filósofa norteamericana Susan Langer, vocera en la primera mitad del siglo pasado, de la nueva clave que abrió a la filosofía horizontes nunca antes vislumbrados. En palabras de Tomas A. Regelsky:


cualquier cosa que se puede sentir. En este sentido incluye tanto la sensación como la emoción; los llamados “sentimientos emotivos”: las respuestas que se perciben por medio de nuestros órganos de los sentidos para con el medio ambiente, de nuestro mecanismo propio hacia los cambios internos, y del organismo como un todo hacia esta situación como un todo.

Esta tesis que avanzó primeramente en los escritos exploratorios y después se llevó a cabo en su trabajo subsecuente e inconcluso, “Mind. An Essay on Human Feelings”, que es de mayor importancia para los educadores en las artes.

...la percepción (es decir, el sentimiento) es en sí una fase de proceso vital, una fase estrictamente intraorgánica, es decir, una apariencia que se presenta únicamente dentro del organismo en el cual ocurre la actividad. Por consiguiente, cada organismo siente sus propias acciones si estas entran en esta fase y no el de cualquier otra criatura. No se sienten muchos de los miles de eventos que forman nuestra vida; probablemente solo aquellos de una intensidad poco usual.
Y es este uno de los puntos a los que queríamos llegar: Susan Langer equipara la percepción al sentimiento; en otras palabras, para Susan Langer el sentimiento es la interpretación y transformación (en símbolos) de la experiencia sensorial en el mundo objetivo, llegando de esta manera a un concepto de síntesis con aquello que expresara ya el Maestre Dr. de la Ferriere en cuanto al Arte como testimonio de la percepción. Dice aún Regelsky en su acertada exégesis del pensamiento de Susan Langer:

Con esta explicación, que es muy importante para los educadores en las artes simplemente porque estas sí causan sentimientos de una intensidad poco común, Langer reafirma la singularidad de cada “mente” individual. Ella procede a definir la mente, el conocimiento y la experiencia, en términos de “sentimientos” más que en términos de los datos “objetivos de los hechos y la información o de los estímulos. La mente no “conoce” solo “siente”.

En el sentido tan amplio como se emplea aquí “el sentimiento” parece ser la base genérica de toda la experiencia mental: sensación, emoción, imaginación, recolección y razonamiento, para mencionar únicamente las principales categorías.

La mente y la experiencia que se percibe son aspectos de la vida que surgen, se desarrollan y se refinan del sistema de la naturaleza. En su forma más básica, estos constituyen la vida.

Es lo que el Dr. David Ferriz Olivares señala en su prólogo al “Arte en la Nueva Era” cuando dice:.

Cuando reconocemos el papel del símbolo en la subjetivación podemos comprender las limitaciones de la ciencia y de la técnica que han eliminado el sentimiento, el deseo y la compasión, que son esencia de la tanto de la vida, como del arte.

Podemos ver entonces que “el sentimiento el deseo y la compasión son esencia de la vida tanto como del arte”; por lo tanto no se trata pues de quitar al arte su esencia desvinculándolo de la experiencia de los sentimientos, el deseo y la compasión o aún de la mística (el Dr. de la Ferrière pide que el arte retorne a la Mística), como lo han querido manifestar algunos artistas del siglo XX como los serialistas en música utilizando el azar y fórmulas matemáticas para la composición quitándole todo contenido místico y emocional, mezclando (no uniendo) la ciencia con el arte. No se trata pues de mezclar la ciencia con el arte sino de unir, cooperar, trabajar armónicamente cada una en su área como lo explica el Dr. Raynaud de la Ferrière:

Así como el pedagogo dará una conferencia educativa, el pintor hará un cuadro que explicará una teoría o toda una manera de ver.

Dejamos aún a Tomas Regelsky, a quien también nos estamos remitiendo para esclarecer esta dilucidación en cuanto que el sentimiento no debe ser asociado con emociones irracionales y vagas sino más bien con la percepción, el significado y el simbolismo (no desprovista pues de un tipo particular de lógica). En el capítulo denominado “Propósitos y Naturaleza del arte” él nos dice:

Todos esos puntos de vista ilustran la deficiencia de la psicología del conductismo cuando se ocupa puramente de los fenómenos “que se perciben”, “internos”, o “mentales”. Esas cualidades subjetivas forman la substancia real de las artes en general y de la música en particular. Para llevar este razonamiento a un paso más adelante, si la mente, y por consiguiente la vida, se consideran más como “sentimiento”, que “conocimiento”, entonces el campo de estética llega ha ser central no únicamente para una comprensión de la mente sino para toda la educación y vivir la vida. Por lo tanto, la mente encuentra su más completa expresión en los “sentimientos” más reales y unidos al arte.

Todos esos puntos de vista ilustran la deficiencia de la psicología del conductismo cuando se ocupa puramente de los fenómenos “que se perciben”, “internos”, o “mentales”. Esas cualidades subjetivas forman la substancia real de las artes en general y de la música en particular. Para llevar este razonamiento a un paso más adelante, si la mente, y por consiguiente la vida, se consideran más como “sentimiento”, que “conocimiento”, entonces el campo de estética llega ha ser central no únicamente para una comprensión de la mente sino para toda la educación y vivir la vida. Por lo tanto, la mente encuentra su más completa expresión en los “sentimientos” más reales y unidos al arte.

La función primaria del arte es objetizar el sentimiento de manera que podamos contemplarlo y comprenderlo. Es imposible lograr por medio de un pensamiento discursivo la formulación de lo llamado “experiencia interna”, “vida interior”, ya que sus formas son inconmensurables con las formas del lenguaje y todos sus derivados (vgr. matemáticas, lógica). El arte objetiviza la sensibilidad y el deseo, la autoconciencia y la conciencia del mundo, las emociones y los estados de ánimo, que generalmente se consideran irracionales, ya que las palabras no pueden proporcionarnos una idea clara de ellos...Yo creo que no es irracional la vida del sentimiento; sus formas lógicas únicamente son muy diferentes de las estructuras de la disertación. Pero se parecen tanto a las formas dinámicas del arte, que el arte constituye su símbolo natural. 

Vemos pues que evidentemente nos vemos precisados a dejar el concepto de que el arte expresa sentimientos irracionales o emociones caóticas y vagas sino un equilibrio mostrándonos las verdades superiores que escapan a las explicaciones “racionales” del lenguaje lógico y “preciso”. Constituye pues un socio invalorable de la ciencia y de la educación para la elevación de la conciencia y del estado mental de la humanidad, contra la ignorancia. 

Por consiguiente, la educación en las artes puede considerarse no únicamente como un lujo que se ofrece solo a los pocos afortunados, sino como una necesidad para un modo de vida efectivo. El cultivo y el refinamiento del sentimiento, y la consideración de la realidad como una “subjetividad de la naturaleza” en donde nuestros sentimientos se proyectan sobre una realidad externa y así vuelven a presentar el mundo a nuestras mentes en una forma sumamente personal, son cruciales para un modo de vida efectivo y para el funcionamiento efectivo de la sociedad. 

...el descuido de la educación artística, constituye el descuido de la educación del sentimiento. La mayoría de la gente está tan imbuida con la idea de que el sentimiento consiste en una excitación orgánica total sin forma, tanto en el hombre como en los animales, que la idea de la educación del sentimiento, el desarrollo de su alcance y su calidad, les parece ridícula si no es que absurda. Yo creo que realmente esto se encuentra en el fondo de la educación personal.

Las artes objetivizan la realidad, subjetivizan la experiencia externa de la naturaleza. La educación en el arte, es la educación del sentimiento, y una sociedad que lo descuida (o, se podría añadir, lo hace deficientemente) se entrega a una emoción sin forma. El arte deficiente representa la corrupción del sentimiento. 

Muy claro nos ilustra Susan Langer para que no confundamos al hablar de sentimientos a la manera de la era anterior como “una excitación orgánica total sin forma tanto en el hombre como en los animales” o “una emoción sin forma”... evidentemente “el arte deficiente representa la corrupción del sentimiento” o como lo expresa el Dr. de la Ferrière que “es obvio insistir en la decadencia del arte y la necesidad de retornar a su verdadero camino”. Y como dice Tomás Regelsky en unión con los conceptos de vanguardia del Dr. David Ferriz:

Los educadores en la música y otros maestros de las artes pueden por lo tanto, retroceder y afirmar orgullosamente su papel vitalmente importante en la educación. También deben retroceder y reconsiderar sus medios de enseñanza. Aunque es posible “vivir” –estar vivo— sin experimentar el arte o cultivar las cualidades del sentimiento, los educadores en la estética deben de creer que los que lo hacen así viven la vida profundamente. A los que no se les permite cultivar la respuesta del sentimiento a través del arte, se les impide vivir a plenitud.

La función social del arte y la necesidad vital del color; la luz y su valor psicológico y de liberación para el artista, para el trabajador, para el enfermo, aboca a una práctica experimental colectiva.

La nueva tecnología permitirá organizar un sistema de Enseñanza Universal y el arte contribuirá en la obtención de un medio ambiente didáctico que motive el despertar de las cualidades creadoras.

El arte tiene el poder de instauración y constituye una fuerza y potencialidad del Saber de la Nueva Era como un hecho dinámico de la Demiurgia instauradora. El principal objetivo que ha de presentar es el descubrimiento del hombre trascendental hacia la Unión con el Gran todo.

Pianista. Christian Marquina.
Marzo, 2005.
Tarapoto Perú

 

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